GEC Meeting 2024: Un camino hacia la sostenibilidad de la calidad educativa

Por: Federico Malpica Basurto

La pandemia ha subrayado la esencialidad de la innovación pedagógica y la tecnológica en la educación. La Coalición Mundial por la Educación (GEC), liderada por la UNESCO, que comenzó como una respuesta al cierre de escuelas durante la pandemia, apunta ahora hacia un futuro donde el aprendizaje se transforma a través de la colaboración global, enfatizando la importancia de datos, análisis, y la integración tecnológica en las aulas. Este movimiento hacia una educación más inclusiva, participativa y basada en datos es crucial para superar las brechas educativas y promover un desarrollo sostenible de la calidad educativa (SDG4). El pasado día 25 de marzo tuve la oportunidad de participar como invitado, en representación de EdTech Finland, en la 4ª reunión anual de la GEC, en la sede central de la UNESCO en París. Posiblemente, uno de los encuentros más importantes para la educación a nivel mundial, ya que convergen actores principales y tomadores de decisión que están definiendo el rumbo de la educación a nivel mundial. La era digital ofrece oportunidades sin precedentes para reinventar los procesos de enseñanza y aprendizaje, y durante el encuentro se enfatizó la necesidad de estrategias innovadoras que aborden desde la formación docente hasta el diseño curricular. A continuación, explicaremos algunas claves esenciales, fruto del encuentro, para catalizar esta transformación, apoyando un cambio hacia prácticas educativas que empoderen tanto a docentes como a estudiantes en el siglo XXI.

 

1. Introducción: La Imperiosa Necesidad de Colaboración en la Educación

En respuesta a la crisis educativa exacerbada por la pandemia global, la UNESCO estableció la Global Education Coalition (GEC) como un esfuerzo colaborativo sin precedentes, reuniendo a socios de todo el mundo para apoyar a los países en la minimización de los impactos inmediatos y a largo plazo de esta crisis en la educación. Esta coalición multifacética se ha convertido en un testimonio de la imperiosa necesidad de colaboración en un entorno donde las entidades educativas se reconocen como sistemas complejos, y donde ninguna organización o país puede, por sí solo, ofrecer una solución completa a los retos educativos emergentes. En el complejo panorama de la educación global, donde cada entidad funciona como un sistema intrincado, la colaboración no es solo una opción, es una necesidad imperativa.

La Global Education Coalition (GEC) Meeting de 2024, impulsada por la UNESCO, ha arrojado luz sobre la magnitud de los desafíos que enfrentamos: una inminente escasez global de docentes, una tasa alarmante de abandono de la profesión, la distracción tecnológica en las aulas, y la ineficacia de la formación docente tradicional sin un seguimiento personalizado. Estos retos, reflejados también en el recientemente publicado TEACHERS REPORT 2024-UNESCO, subrayan la importancia de un enfoque colectivo para abordar las necesidades de la educación contemporánea, que es sistémica y compleja.

La inminente falta de docentes, con tasas de abandono que casi se han duplicado desde el 2015 al 2022, presenta un desafío urgente para los sistemas educativos a nivel mundial. Esta situación es particularmente crítica en países de bajos ingresos, donde la proporción alumno-profesor puede superar el triple de la de los países de altos ingresos, exacerbando la problemática de aulas sobrepobladas y limitando severamente la calidad de la educación.

Por otro lado, la tecnología, si bien promete revolucionar la educación, también plantea desafíos significativos. La distracción que puede causar en las aulas es un tema de preocupación (se presentaron resultados de un estudio de la OCDE que indican que más de 2 horas de uso de tecnología en el aula está correlacionado con el descenso en el puntaje de las pruebas PISA), junto con la falta de capacitación adecuada para los docentes que limita su potencial pedagógico. La capacitación, formación y desarrollo profesional docente, esencial para el aprovechamiento efectivo de las herramientas tecnológicas en el proceso educativo, requiere de un enfoque más personalizado y basado en la práctica que el modelo tradicional ha ofrecido hasta ahora.

Estos desafíos destacan la complejidad del ecosistema educativo, donde las soluciones unilaterales son insuficientes. En cambio, es necesario un esfuerzo colaborativo que reúna a gobiernos, instituciones educativas, organizaciones no gubernamentales, y el sector privado. Solo a través de una alianza global podremos enfrentar efectivamente la escasez de docentes, mejorar la retención y el desarrollo profesional, así como optimizar la integración de la tecnología en la educación.

La GEC propone una serie de recomendaciones estratégicas para abordar estos problemas de manera integral. Entre ellas, destacan el desarrollo de políticas docentes holísticas alineadas a las prioridades nacionales, la mejora de las condiciones laborales de los docentes, y el fortalecimiento de la cooperación internacional para enfrentar la escasez de docentes y ampliar el alcance de las políticas educativas. Estas medidas apuntan hacia la creación de un ecosistema educativo más resiliente y sostenible, donde la colaboración y el diálogo social sean la norma y no la excepción.

Este enfoque colaborativo no solo busca soluciones a corto plazo para los desafíos actuales sino que también sienta las bases para un cambio transformador en la cultura profesional docente, asegurando que los profesionales de la educación estén equipados, motivados y apoyados para liderar la evolución hacia una educación de calidad para todos. La tarea es monumental, pero el compromiso colectivo de la GEC ofrece un camino esperanzador hacia un futuro educativo más inclusivo y efectivo.

 

2. El factor más importante: El cambio en la cultura profesional docente

La transformación del panorama educativo global requiere más que solo iniciativas esporádicas o reformas superficiales; demanda un cambio fundamental en la cultura profesional docente. A través de los esfuerzos colaborativos de la Global Education Coalition (GEC), pudimos ver en el encuentro un surgimiento de programas y estrategias en diferentes países, destinados a fortalecer la formación, el soporte y la innovación dentro del ámbito docente. Sin embargo, para alcanzar una sostenibilidad que perdure más allá de estas intervenciones puntuales, es esencial que el cambio emane desde el interior de la profesión misma, evolucionando hacia un enfoque autónomo y auto-sostenido a medio y largo plazo.

Para lograr este cambio profundo, debemos inspirarnos en la cultura profesional de otros sectores, como el de la medicina, donde la práctica basada en evidencias, el trabajo colaborativo y la mejora continua son los pilares sobre los cuales se construye y evoluciona constantemente la profesión. Este modelo no solo fomenta un compromiso constante con la excelencia y la innovación, sino que también promueve un ambiente de apoyo mutuo y aprendizaje continuo entre profesionales.

En el contexto educativo, esto se traduce en tres componentes esenciales:

  1. Educación Basada en Evidencias y Guías Docentes: La adopción de prácticas pedagógicas fundamentadas en investigaciones sólidas permite a los educadores tomar decisiones informadas que mejoren el aprendizaje de sus estudiantes. Las guías docentes, consensuadas internacionalmente y desarrolladas a partir de esta evidencia, pueden ofrecer un marco de referencia para fundamentar las prácticas docentes, las decisiones organizativas y el diseño de soluciones educativas innovadoras, que luego deben ser, por supuesto, contextualizadas a cada entorno concreto por parte de los docentes y líderes educativos.
  2. Trabajo Colaborativo y Cultura de Aula Abierta: Fomentar un ambiente donde los docentes comparten abiertamente sus experiencias, estrategias y recursos de forma rigurosa y sistemática, es vital. Las comunidades de práctica y las comunidades profesionales de aprendizaje actúan como foros para este intercambio, promoviendo un enfoque colaborativo del desarrollo profesional. Al igual que en la medicina, donde los profesionales se consultan mutuamente y comparten sus prácticas a través de sesiones clínicas y congresos, los educadores pueden beneficiarse enormemente de una cultura de aprendizaje y apoyo mutuo, siempre que sea un hábito docente sistemático y colectivo.
  3. Mejora Continua de la Práctica Educativa: Convertir las aulas en laboratorios de innovación requiere que los docentes no se consideren sólo como receptores de conocimiento externo sino también generadores activos de nuevas ideas y prácticas pedagógicas. A través de procesos sistemáticos de investigación-acción, los docentes pueden experimentar, evaluar y adaptar estrategias educativas a su propio contexto, para mejorar constantemente el aprendizaje de sus estudiantes, y los diseñadores de soluciones educativas pueden aprovechar también estos espacios para la co-creación de productos y servicios que resuelvan los problemas reales de las aulas.

Para que estos elementos se arraiguen en la cultura docente, es necesario un compromiso a largo plazo tanto a nivel individual como institucional. Este cambio cultural debe ser apoyado por políticas educativas que promuevan la autonomía docente, el acceso a recursos de investigación actualizados, oportunidades de desarrollo profesional continuo y soluciones tecnológicas que faciliten las tareas a los educadores.

Así, el camino hacia una educación que cumpla con las demandas del siglo XXI y contribuya efectivamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, está pavimentado no solo por la implementación de tecnologías o metodologías innovadoras, sino, fundamentalmente, por la evolución hacia una cultura profesional docente que valora la evidencia, la colaboración y la mejora continua. Solo entonces, podremos esperar que los educadores no sean meros transmisores de conocimiento, sino líderes inspiradores y agentes de cambio en la educación global.

 

3. Claves para que la tecnología ayude a mejorar la educación

De la educación transaccional a la educación relacional

“La educación no es un negocio transaccional sino una empresa relacional.”

Andreas Schleicher, responsable del Informe Pisa, OCDE,

durante su intervención en el encuentro anual de la GEC 2024.

La perspectiva de la educación ha evolucionado significativamente a lo largo de los años, moviéndose de una visión transaccional a una comprensión más profunda y matizada como una actividad relacional, que fue mencionada en más de una ocasión durante el encuentro. Este cambio refleja un entendimiento más holístico de la enseñanza y el aprendizaje, reconociendo que el verdadero valor de la educación reside en las conexiones humanas y la interacción significativa entre estudiantes y educadores, más allá de la mera transferencia de conocimiento.

En un modelo transaccional de educación, la relación entre estudiantes y profesores se entiende principalmente en términos de intercambio: los profesores proporcionan información y los estudiantes devuelven resultados, típicamente en forma de calificaciones. Esta visión puede llevar a prácticas educativas y soluciones tecnológicas donde el objetivo central es completar el currículo y lograr resultados de pruebas estandarizadas, a menudo a expensas del desarrollo personal y social del alumnado, así como del incumplimiento en impulsar el perfil de salida/egreso prometido.

Por contraste, la educación relacional pone énfasis en la importancia de las relaciones y las interacciones sociales en el proceso educativo. Reconoce que el aprendizaje ocurre no sólo a través de la absorción de información, sino sobre todo a través de la experiencia compartida, el diálogo y la colaboración. Este enfoque promueve una atmósfera de apertura, confianza y respeto mutuo, donde los educadores no solo transmiten conocimientos, sino que también facilitan el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y críticas, así como de los diferentes rasgos del perfil de salida/egreso del alumnado.

Algunos elementos clave de esta educación relacional que pueden servir para nuestra reflexión sobre cómo estamos interviniendo en entornos educativos, son los siguientes:

Conexión Personal: Valorar las conexiones personales entre estudiantes y educadores, quienes se esfuerzan por conocer a sus estudiantes como individuos, comprendiendo sus intereses, fortalezas, desafíos y aspiraciones.

Diálogo y Colaboración: Fomentar un ambiente donde el diálogo y la colaboración sean fundamentales. Estudiantes que se sienten empoderados para expresar sus ideas, participar en discusiones significativas y colaborar en proyectos con compañeros y docentes.

Aprendizaje Significativo: En lugar de centrarse únicamente en el contenido académico, la educación relacional busca crear experiencias de aprendizaje significativas que resuenen en los estudiantes a nivel personal y les ayuden a conectar lo aprendido con el mundo real.

Desarrollo Integral: Enfocarse en el desarrollo integral del estudiante, atendiendo no solo a su crecimiento académico sino también a su bienestar emocional, social y moral.

Entorno de Apoyo: Proporcionar un entorno de apoyo que reconozca y se adapte a las necesidades individuales de los estudiantes y de los docentes, promoviendo un sentido de pertenencia y comunidad.

 

Implicaciones para la Práctica Educativa y la tecnología en las aulas

Adoptar un enfoque relacional en la educación implica repensar muchos aspectos de la práctica educativa, desde el diseño curricular hasta las metodologías de enseñanza y evaluación, pasando por la incorporación de la tecnología en las aulas. Requiere de educadores que estén dispuestos a invertir en la construcción de relaciones sólidas con y entre sus estudiantes, y que vean su papel no solo como transmisores de conocimiento, sino como facilitadores de un aprendizaje profundo y significativo. Por su parte, requiere también de diseñadores de soluciones de tecnología educativa que entiendan la educación relacional y desarrollen productos y servicios para apoyar esta transición que es fundamental hoy día.

Si la educación relacional ofrece una visión más rica y completa de lo que significa enseñar y aprender, poniendo énfasis en las conexiones humanas, la colaboración y el desarrollo integral, cómo podemos entonces poner la tecnología a su servicio para que no sólo ayude a preparar a los estudiantes con el conocimiento y las habilidades necesarias para tener éxito académico, sino que también fomente el crecimiento de individuos compasivos, críticos y comprometidos, capaces de contribuir positivamente a la sociedad. A continuación, algunos aspectos que aparecieron durante las diferentes intervenciones en el encuentro anual de la GEC:

  1. Promoción de la Educación Relacional: La tecnología debe ser un puente para la interacción humana, no un obstáculo. Éste debería ser el gran filtro para decidir si adquirir o no una tecnología: ¿Ayuda a desarrollar la educación relacional o más bien perpetúa una educación transaccional? Iniciativas que fomentan el uso ético de la IA en la educación, como las establecidas por Lenovo y Microsoft en el marco de su alianza con GEC, destacan la importancia de mantener la relación educativa en el centro del proceso de aprendizaje.
  2. Alfabetización Digital y Pedagógica: Es crucial que los docentes se capaciten continuamente en habilidades digitales y pedagógicas para integrar eficazmente la tecnología en el aula. Ejemplos como la plataforma “Global Teachers Campus” de la UNESCO demuestran cómo la formación continua puede empoderar a los docentes para utilizar la tecnología de manera efectiva.
  3. Personalización del Aprendizaje a través de Datos: La analítica educativa permite adaptar la enseñanza a las necesidades individuales. La implementación de sistemas como el “MIRADOR” en Senegal, que integra datos para la gestión de carreras docentes y necesidades de formación, es un paso hacia la personalización del aprendizaje.
  4. Desarrollo Profesional Colaborativo: La creación de redes de aprendizaje profesional entre docentes facilita el intercambio de recursos y experiencias. Programas como ProFuturo, que promueven la competencia digital docente y la colaboración en África y Latinoamérica, son ejemplares.
  5. Integración Ética de la IA: La inteligencia artificial (IA) ofrece potencial para personalizar el aprendizaje, pero su implementación debe ser ética y equitativa. Proyectos como el “AI for Good” de Microsoft ilustran cómo la IA puede utilizarse para mejorar capacidades docentes, respetando siempre los principios éticos.

 

  1. Conclusiones

La Global Education Coalition representa un paso significativo hacia la materialización de una “alianza de alianzas”, uniendo fuerzas para apoyar la transformación educativa a nivel global. Este esfuerzo colectivo pone de manifiesto la importancia de una colaboración intersectorial e internacional para abordar los desafíos educativos del siglo XXI, destacando la profesión docente como piedra angular de esta transformación.

Mirando hacia el futuro, la GEC no solo proporciona una plataforma para la acción coordinada y el intercambio de mejores prácticas sino que también subraya la necesidad de invertir en los docentes como líderes del cambio educativo. Al adoptar las recomendaciones del TEACHERS REPORT 2024-UNESCO, incluido el desarrollo de políticas docentes integrales y el fomento de condiciones laborales que propicien la calidad pedagógica y la innovación, estamos dando pasos concretos hacia una educación que sea sostenible, inclusiva y adaptada a las necesidades del presente y futuro.

Concluyendo, la GEC nos recuerda que la profesión docente es, sin duda, la más crítica en este nuevo siglo. La educación adecuada es el fundamento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que son las personas educadas y empoderadas quienes tienen el potencial de llevar a cabo cambios significativos. No obstante, este empoderamiento sólo puede lograrse con el apoyo, la inspiración y la guía de docentes cualificados y apasionados, capaces de adaptarse y prosperar en un mundo en constante cambio. La GEC nos llama a todos a unirnos en este esfuerzo, reforzando la idea de que juntos podemos superar los desafíos educativos actuales y futuros, construyendo un mundo más justo y sostenible para las próximas generaciones.

Fuentes

United Nations. (2024). Transforming the teaching profession: Recommendations and summary of deliberations of the United Nations Secretary- General’s High-Level Panel on the Teaching Profession, Geneva: International Labour Office. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_dialogue/—sector/documents/publication/wcms_912921.pdf

UNESCO & International Task Force on Teachers for Education 2030 (2024). Global Report on Teachers: Addressing teacher shortages and transforming the profession. París: UNESCO.

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000387400

 

 

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